Me da exactamente igual con quién esté mi ex, con quién se acueste o con quién se enrolle. Su vida es suya y no me interesa en lo más mínimo. Pero lo que sí me parece alucinante es tener que ver y leer ciertas cosas sobre mi hijo, como si fuera un accesorio para lucirse, como si su existencia sirviera para demostrar algo. Voy a intentar, de verdad, no volver a entrar en esto, porque es ridículo. Me siento estúpida, ridícula y avergonzada por siquiera darle importancia a algo así. Lo peor de todo es darme cuenta de que la persona con la que formé una familia, con la que compartí tanto tiempo, y di tanto ( por el y los suyos ) ahora me resulta completamente desconocida.